Cabo de Palos y La Manga del Mar Menor son dos joyas del Mediterráneo que ofrecen una experiencia única para los amantes del senderismo. Con una mezcla de paisajes marinos y terrestres, estas rutas invitan a descubrir la belleza natural y cultural de la Región de Murcia.

1. Ruta del Faro de Cabo de Palos Comenzamos nuestra aventura en el emblemático Faro de Cabo de Palos, un punto de referencia histórico que ha guiado a los marineros durante siglos. Esta ruta costera nos lleva a través de calas escondidas y playas vírgenes, ofreciendo vistas impresionantes del Mediterráneo.

2. Sendero de las Calas Siguiendo la línea de costa, encontramos una serie de calas tranquilas, ideales para aquellos que buscan un momento de paz lejos de las multitudes. Cala fría, Cala Descargador, cala Escalera, cala Reona son paradas obligatorias para cualquier senderista.

3. Parque Regional de Calblanque El Parque Regional de Calblanque es un tesoro de biodiversidad. Esta ruta nos lleva a través de dunas, playas y montañas, donde podemos observar una variedad de flora y fauna endémica.

4. La Manga del Mar Menor La Manga es una lengua de tierra que separa el Mar Menor del Mediterráneo. Caminar por esta zona ofrece una perspectiva única de dos cuerpos de agua distintos. La ruta desde el Faro de Cabo de Palos hasta la Punta de la Estrella es especialmente recomendable al atardecer.

5. Las Salinas de Marchamalo Un paisaje de contrastes donde la tierra se encuentra con el mar. Las Salinas de Marchamalo son un espacio protegido que alberga una rica biodiversidad, incluyendo aves como el flamenco, puedes observar un atardecer único desde este lugar.

6. Puente de la Risa Para terminar, no puedes perderte el Puente de la Risa al final de La Manga.  Este puente, con su pronunciada pendiente, ofrece una experiencia divertida y vistas espectaculares a un pequeño canal y el mar, recordando la replica de una Venecia.

Cabo de Palos y La Manga, dos perlas mediterráneas donde cada paso es una historia y cada vista, un suspiro. Olvídate de los mapas, aquí el corazón es quien guía. Entre faros legendarios y salinas con sabor a flamenco, cada ruta en la naturaleza es única.

Así que calza tus mejores zapatillas y déjate llevar. Que las anécdotas fluyan como la brisa marina y que tus recuerdos se llenen de risas y horizontes azules. Y cuando el camino termine, que no sea un adiós, sino un “hasta la próxima aventura”.